Haciendo un pequeño recorrido por la ciudad, encontramos las grandes palmeras de la Calle Oquendo con las flores a sus pies. Geránios, margaritas, lilas...
Y muy cerca el hotel María Cristina, emblemático en San Sebastián, al lado del río y de clásicos jardines.
Dónde las copas siempre rebosan de flores
Al otro lado del hotel, un gran macizo de petunias custodiando la estatua de nuestro ilustre almirante Oquendo.
Cambiando el rumbo, entre las calles del centro, llegamos a la plaza del Buen Pastor, dónde se encuentra la catedrál. También las flores están presentes en sus muros. En este caso buganvilla.