Hermosa, sorprendente, diversa, la sierra de Aralar, situada entre Navarra y Gipuzcoa, es uno de aquellos parajes en los que el tiempo parece haberse detenido.
Los bosques de hayas, sus paisajes espectaculares de relieves producidos por la acción erosiva, por el agua y cuevas recónditas han sido testigos de la existencia humana desde el origen de los tiempos.
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Fagus sylvatica L., el haya está emparentada con los robles y los castaños y es un árbol típico de zonas montañosas. Puede alcanzar 40m, es de hoja caduca y de tronco limpio. Sus hojas son ovaladas, con el borde ondulado. Los frutos, llamados hayucos, parecidos a pequeñas castañas. Son comestibles, antiguamente se extraía un aceite de cocina. El crecimiento del haya es muy lento, pero es un árbol que vive muchos años. Puede llegar hasta los 300 años. Antes de la caída otoñal, las hayas se tiñen de llamativos tonos ocres.
Clima fresco y húmedo, soporta bien el frío.
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